
Arranca el año
2003 y con este también un llamado urgente a conciliar pensamientos
y poner en marcha las acciones en busca de una Estrategia de Desarrollo
para Nicaragua.
Diciembre
2002 fue el mes en el que la Presidencia de la República,
a través de la Secretaría de Coordinación y
Estrategia, envío a consulta el borrador de la misma. En
un documento de 73 páginas se plantean los principales elementos
que se requerirán para llevar a cabo esta estrategia, poniendo
especial énfasis en la necesidad de atraer inversiones que
contribuyan a la generación de empleos productivos, así
como la creación de conglomerados o “clusters”
que permitan crear focos de desarrollo en diferentes sitios del
mapa nicaragüense.
Uno
de los principales propósitos de esta Estrategia es explicar
en qué consiste el apoyo político y económico
que el Gobierno de la República estará solicitando
a la comunidad internacional en el grupo consultivo de junio 2003.
A
pocos días de dado a conocer este borrador, ya se estaban
revelando posiciones tanto en contra como a favor de la misma. Algunos
la tildan como una estrategia centralista, excluyente y poco interesada
en el desarrollo de las empresas nacionales y en la seguridad alimentaria
de la nación. Para otros, es la estrategia para la generación
de riqueza que permitirá arrancar el crecimiento económico
y el desarrollo de Nicaragua.
Antecedentes
Según
se explica en el documento, son varios los antecedentes que están
detrás de esta Estrategia, entre ellos la Estrategia Reforzada
de Crecimiento Económico y Reducción de la Pobreza
(ERCERP), el Poverty Reduction and Growth Facility Program (PRGF),
el Informe de Avance de la ERCERP, así como una serie de
discusiones con distintos actores nacionales e internacionales.
Sin
embargo, en el mismo documento se aclara que es una propuesta preliminar,
sujeta a discusión y que por lo tanto aún no refleja
la posición oficial del gobierno.
De
acuerdo con Horacio Rose de la Secretaría de Coordinación
y Estrategia de la Presidencia de la República, a finales
de diciembre, aún se estaba trabajando en una metodología
de consulta la cuál también se pondría a discusión
pública.
Las
fallas del modelo
Una de las principales
críticas del modelo económico seguido por Nicaragua
en los últimos años, que se expresa en el documento,
tiene que ver con el mayor peso de actividades primarias como la
agricultura, así como la producción de servicios de
baja productividad. Bajo este modelo, aún cuando la agricultura
aumenta su importancia, el ingreso total del país apenas
crece y el ingreso per cápita casi se mantiene invariable.
También se señalan otra serie de tendencias que han
afectado este desarrollo, tales como un crecimiento negativo de
la productividad total de los factores, producción nacional
orientada hacia el mercado interno, microempresas poco vinculadas
entre ellas, territorio con un raquítico desarrollo de la
infraestructura de comunicaciones, eléctrica y social, así
como abismales diferencias de riqueza y culturales entre grupos.
A la par, también reconoce debilidades en el régimen
político así como tendencias macroeconómicas
riesgosas y poco sólidas en el largo plazo.
La
llave de la competitividad
Competitividad
es una de las palabras claves que se señalan en la Estrategia:
“El propósito de esta Estrategia Nacional de Desarrollo
(END) es fortalecer la competitividad de Nicaragua e insertarla
con renovados bríos en este nuevo contexto del comercio internacional.
La inserción exitosa significa para el país lograr
tasas más altas de crecimiento del PIB, alrededor del 7.0
por ciento, para obtener una tasa de desempleo significativamente
inferior al 10.0 por ciento y reducir drásticamente el subempleo;
para alcanzar una fuerte disminución del déficit en
cuenta corriente, para liberar recursos propios que hagan a este
país financieramente sostenible y nos permitan mantener la
inversión en el capital humano y social”, se lee en
el documento de la Estrategia.
Además,
se señalan tres ejes fundamentales dentro de esta estrategia.
El primero, la creación de un entorno microeconómico
que aumente la competitividad y productividad de las empresas; el
segundo, la creación de bases de competitividad local mediante
la organización de conglomerados de negocios enfocados en
el crecimiento de actividades en las que los territorios tienen
ventajas absolutas y Nicaragua tiene ventajas comparativas, para
convertirlas en ventajas competitivas; finalmente, el fortalecimiento
de las bases de generación de riqueza de los territorios
a través de la formación de distritos de desarrollo.
Apostando
por la Inversión
En un reconocimiento
de que Nicaragua no cuenta con los recursos para implementar una
estrategia de desarrollo, se dedica una parte importante a destacar
los puntos en los que Nicaragua tendrá que avanzar para atraer
inversión al país. Así por ejemplo, se habla
de la importancia de promulgar una ley de inversión extranjera
que establezca las reglas del juego de manera “estable y atractiva
para el inversionista”.
Explícitamente,
el documento señala la necesidad de atracción de empresas
específicas vinculadas a los siete conglomerados de negocios
que han sido clasificados de gran potencial en el país. (ver
recuadro de clusters). Empresas como International Paper, Chiquita
Brands, Tropicana, Nestlé o Phillip Morris son mencionadas
como este tipo de empresas a atraer.
¿Dónde
invertir?
Uno de los puntos
de discusión citados en la Estrategia tiene que ver con la
pregunta de ¿dónde invertir?
Según
se señala en el borrador, “las inversiones públicas
que pueden complementar la inversión privada necesarias para
mejorar la competitividad de los territorios deberían efectuarse
no tanto en las localidades donde habitan los pobres, si no más
bien en aquellos territorios en donde las empresas encuentran ventajas
absolutas para la producción de bienes y servicios, donde
estas inversiones son capaces de fortalecer el dinamismo económico,
el ingreso y el empleo”.
Según
este documento, si se focalizan los recursos de inversión
social en los municipios más pobres, con procesos migratorios
y en regiones sin ventajas absolutas ni competitivas, esto sería
una estrategia equivocada.
Este ha sido
uno de los puntos de mayor controversia. Así por ejemplo,
según los economistas Ricardo Zambrana, enlace nacional de
la Coordinadora Civil, y Adolfo Acevedo, esta política es
totalmente contraria al espíritu de la descentralización
que se ha querido impulsar en el país, para que los territorios
y municipios puedan desarrollar sus capacidades locales.
Así también,
Milagros Barahona, consultora en la Organización Internacional
del Trabajo, asegura que la descentralización es un eje transversal
que aparece en la Estrategia de Reducción de la Pobreza y
que está desdibujado en este documento. “Aquí
no se menciona, en absoluto, cuál va a ser el papel de los
gobiernos locales, se mencionan los distritos de desarrollo pero
no queda claro qué va a significar eso a nivel de descentralización
y si es de coincidencia o contradicción con los gobiernos
municipales que ya existen”, asegura Barahona.
Para Barahona
este es un aspecto fundamental, sobre todo para la búsqueda
de esa equidad social que se requiere en Nicaragua.
Sin embargo,
Horacio Rose defiende los argumentos planteados en la estrategia,
aunque deja abierta la posibilidad de discusión. “Si
el desarrollo del país implica que habría que pensar
en juntar municipios, yo creo que es algo que la población
tiene que discutirlo. Hay que irse a esas poblaciones y ver si a
ellos les conviene juntarse y hacer una zona que tiene más
viabilidad económica”, afirmó. (Ver entrevista
con Rose).
Mirando
a través del mapa
El nuevo elemento
que se introduce en la Estrategia es la caracterización de
un mapa relacionado con el dinamismo económico. Para este
mapa se utilizan tres elementos básicos considerados necesarios
para cualquier actividad productiva de manera competitiva. Estos
son el régimen pluvial, el potencial productivo de la tierra
y el acceso a servicios de infraestructura y de apoyo a la producción.
De esta forma las diferentes zonas del país se dividen en
de alto y bajo dinamismo.
Otro de los
elementos tomados en cuenta es un mapa de migraciones, clasificando
las regiones según el nivel de migración e inmigración.
Todo esto, combinado
con el mapa de la pobreza, lleva a la propuesta de un mapa de transición
para la inversión pública. Bajo esta lógica,
la estrategia propone concentrar recursos públicos en las
zonas geográficas o ciudades que cuenten con las condiciones
necesarias para el desarrollo de una o varias actividades económicas.
Adicionalmente
se hace una clasificación de los municipios en seis categorías
y a cada una de estas categorías se le asigna un paquete
de inversión pública en particular.
Con este mapa
se propone, por ejemplo, que en aquellos municipios donde existe
un bajo dinamismo económico, los programas de inversión
pública se concentren en la provisión de servicios
básicos y de protección social (salud, educación,
agua potable, seguridad, alimentos por trabajo, huertos familiares,
piso y techo, transferencias y cupones). Mientras tanto, en las
zonas de alto dinamismo, se concentran otro tipo de inversiones
adicionales, tales como carreteras, puentes, asistencia técnica,
capacitación, entre otros.
Esta clasificación
de las regiones también ha sido motivo de importantes cuestionamientos
y críticas. (Ver entrevista con Milagros Barahona).
Hora
de buscar consenso
Pese a las críticas
que ya está recibiendo este borrador, de acuerdo con Horacio
Rose, será necesario encontrar el consenso con los diferentes
actores para poder llevar a cabo una estrategia de desarrollo en
el país: “Personalmente opino que el tema de las consultas
ha sido usado en Nicaragua más como un requisito que como
un proceso formal. Con frecuencia vemos en las noticias que tal
o cual proyecto, política o ley ha sido ampliamente consultado,
y lo que realmente ha sucedido es que se hacen muchas reuniones,
con mucha gente, pero no siempre o casi nunca sus puntos de vista
son realmente discutidos, dialogados, con ánimo de explicar
la razón del punto y con apertura para aceptar haberse equivocado.
En general, estamos en los dos extremos: hay consultados que no
quieren razonar sino simplemente que sus opiniones sean las que
se incluyan, y consultores que no quieren escuchar, sino imponer
sus opiniones. Hay que buscar una manera de superar esto”
afirma Rose en un correo electrónico enviado a El Observador
Económico. A la vez, Rose asegura que uno de los principales
retos será buscar las opiniones de la bases, los territorios,
etc. y no solo las opiniones de los dirigentes.
Por su parte
Eduardo Luis Montiel, profesor pleno del Instituto Centroamericano
de Administración de Empresas, (INCAE), asegura que “la
mayor debilidad de esta estrategia no radica en su diseño
innovador y en línea con el pensamiento económico
más avanzado si no, en la complejidad de su ejecución,
que será un enorme reto en la Nicaragua actual”. (Ver
artículo de Eduardo Luis Montiel, sección de Opinión).
Los
siete conglomerados
El
borrador de la Estrategia Nacional de Desarrollo,
menciona la presencia de siete conglomerados o
“clusters”, que han sido identificados
tanto por el gobierno como por el sector privado,
y que por las condiciones agro-ecológicas
poseen fuertes ventajas comparativas que podrían
transformarse en ventajas competitivas para Nicaragua.
Estos
siete conglomerados son:
•
Forestales y productos de madera
• Pesca y acuacultura
• Carne y productos lácteos
• Agro-industria y procesamiento de alimentos
• Turismo
• Energía
• Textiles y vestuario
“Todas
ellas serán actividades relevantes a tener
en cuenta en las negociaciones de la unión
aduanera centroamericana y en el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos”, se menciona
en el documento.
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El
ABC de la Estrategia
Conglomerado
o “cluster”:
Es
un conjunto de empresas o instituciones asociadas
interconectadas por relaciones especializadas
de compra-venta, elementos tecnológicos
o habilidades en un campo en particular o actividades
particulares, próximas geográficamente,
unidas por complementariedades y aspectos comunes.
No son un conjunto de empresas iguales, que se
dedican a producir un bien o bienes similares,
sino un conjunto de empresas que producen una
gama de productos de un mismo campo, de diferentes
tamaños, en los cuales existe división
del trabajo y que están interconectadas
hacia atrás o hacia delante, cuyo propósito
es producir más allá de las fronteras
del distrito.
Competitividad:
Es
la capacidad para sostener e incrementar la participación
en los mercados internacionales, con una elevación
paralela del nivel de vida de la población.
El único camino sólido para lograr
esto se basa en el aumento de la productividad.
Michael Porter
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Opiniones
de especialistas
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Alejandro
Serrano: “Un desarrollo económico es ante todo un desarrollo
social”

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