
¡Quién
da más! ¡Quién da más! La subasta
fue sin lugar a duda uno de los temas más importantes
del mes de mayo. Nadie puede restar su trascendencia. Trescientos
millones de dólares en cartera vencida, equivalentes
a 42,138 créditos de varias instituciones financieras
nicaragüenses. Lo recaudado es dinero que será
inyectado a la economía.
El
debate en su momento fue si el proceso era o no el correcto,
puesto que se produjeron muchas expectativas en los deudores.
¿Por qué fue tan importante para el país
esta subasta? ¿En que afecta a Pedro, Juan y María?
Echemos un vistazo hacia atrás.
Tras
la quiebra de los diferentes bancos, desde 1999 hasta el
2001, la Superintendencia de Bancos nombró juntas
liquidadoras que se encargaron de colocar en la banca comercial
los activos y pasivos de los bancos intervenidos. El diferencial
de los activos y pasivos que los bancos comerciales adquirieron,
fueron compensados por el Banco Central por medio de CENI’S
(Certificados Negociables de Inversión) a altas tasas
de interés y a plazos que variaban entre los dos
y tres años en su mayoría. Esta es parte importante
de la deuda interna que tiene el Gobierno en la actualidad.
Se
trató de dar un trato preferencial al gremio de los
cafetaleros, quienes en el 2001 se encontraron con el problema
del evidente desplome de los precios internacionales. Tras
presiones de estos para que se evitaran los juicios por
deuda, por medio de condonaciones o reestructuraciones de
las deudas con el sector financiero, el Gobierno implementó
el “Programa de Financiamiento Cafetalero para la
Readecuación de la Deuda Cafetalera”. Dicho
programa consistía en que el Gobierno financiaba
a la Financiera Nicaragüense de Inversiones (FNI) para
que esta financiara a la banca comercial a fin de que reestructurara
las deudas con el sector cafetalero. Para lograr esto, el
BCN creó los CENI’S cafetaleros, cuya fuente
de pago fue débito a las cuentas que el Ministerio
de Hacienda y Crédito Público mantenía
en el BCN.
No
todos los créditos fueron tratados de esta manera.
Hubo créditos y algunas propiedades que las juntas
liquidadoras no pudieron colocar a causa del riesgo de los
mismos. Estos créditos malos y propiedades que ya
estaban en poder de los bancos intervenidos por la no cancelación
de créditos, pasaron de manos de las juntas liquidadoras
al Banco Central. El mismo se vio en la necesidad de contratar
a una empresa internacional para que se hiciera cargo del
remate de estos, con el fin de obtener algunos ingresos
y que la operación no significara pérdidas
mayores.
El
21 de mayo se realizó la primera de las tres subastas
que se harán para que el BCN logre colocar un total
de 300 millones de dólares en créditos, 1,002
propiedades y 28 millones de dólares de créditos
a los cafetaleros. Esta primera subasta fue cuestionada
por muchos sectores. Sin embargo, aunque no todos estuvieron
de acuerdo en la forma en la que se llevó y se continúa
desarrollando este proceso de recuperación de activos
por parte del BCN, existió casi un consenso total
en la necesidad de que se cumpliera con la condición
del Fondo Monetario Internacional de que se finalizara el
proceso de recuperación de activos antes de junio
del presente año.
Los
requisitos del Fondo Monetario Internacional
Uno
de los elementos esenciales para el cumplimiento del programa
monetario, que el Gobierno presentó al FMI, es la
recuperación de dichos activos. Siguiendo con el
objetivo de mantener las Reservas Internacionales y disminuir
gradualmente la deuda interna, se programó un ingreso
para pago de deuda de US$ 15 millones durante el segundo
trimestre y US$ 30 millones durante el tercer trimestre
del año 2003.
El
Doctor en Economía, Néstor Avendaño
advierte que la deuda de los activos de los bancos intervenidos
se considera crucial para la política macroeconómica
que implementa el Gobierno, porque la totalidad de esos
recursos será utilizada para pagos programados en
concepto de desendeudamiento del Banco Central con el sistema
bancario comercial de Nicaragua, de lo que depende en gran
medida el programa monetario de Nicaragua. No obstante,
considera que los procedimientos no son los adecuados.
“Lo
que está muy claramente escrito en el acuerdo del
FMI es que entre enero y septiembre de este año,
se debe vender la totalidad de esos activos. En ese sentido
considero que las autoridades del Banco Central de Nicaragua
no han actuado de una forma transparente ante los nicaragüenses”,
sostiene Avendaño.
El
impacto en la Economía
¿Qué significará para el ciudadano
común la liquidación de estos créditos
y propiedades? Además de la necesidad que tenemos
como país de lograr estabilidad monetaria como requisito
para acceder al programa HIPC y de esa manera obtener el
perdón de aproximadamente 4,500 millones de dólares
(70 por ciento del total de la deuda externa), esta recuperación
de activos implica aún más. Supone que será
usada para pago de deuda interna, básicamente para
redención de CENI’S en manos de la Banca Comercial,
lo cual debería significar un aumento en la disponibilidad
de crédito y, por tanto, una inyección de
dinero a la economía que está bastante restringida
en este momento.
A
juicio de Avendaño, esta hipótesis es falsa.
“El presidente dijo que se aumentaría el crédito,
pero esto no es tan cierto, puesto que no depende de cuantos
recursos tenga el banco, sino del costo del crédito
en Nicaragua. No hay que ser ilusos pensando que los productores
van a tener más créditos, esto pasará
tal vez cuando se resuelvan otros problemas estructurales
de la economía. Los bancos pueden comprar más
CENI’S y no aumentar el crédito, ya que eso
hace su principal ingreso”, afirma el economista.
Sin
embargo, para muchos conocedores del tema, aún es
temprano para vaticinar lo que sucederá.
Se
dividieron estos paquetes, se observa que habían
paquetes compuestos de dos créditos de varios millones
de dólares cada uno y otros que comprendían
cientos de créditos de montos menores. En el siguiente
cuadro se pueden ver algunos de los 30 paquetes.
Salta
a la vista que los 281 millones de cartera de las juntas
liquidadoras del INTERBANK, BAMER, BANIC y BANCAFÉ,
alrededor de 200 millones corresponden al INTERBANK, y de
estos casi el 50 por ciento son créditos agrícolas.
Mientras el INTERBANK representa el 71 por ciento de la
cartera total, los tres restantes bancos juntos son apenas
el 29 por ciento de la misma.

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